«La gloria no es ganar aquí o allá. La gloria es disfrutar practicando. Disfrutar trabajando duro, tratando de ser un mejor jugador que antes» (Rafa Nadal).
La frase «la actitud lo es todo» es ya un mantra en el deporte. Una actitud competitiva te hace mejor deportista, te acerca a tu potencial máximo. Para muchos entrenadores es la cualidad más importante (estudio). Ser competitivos marca diferencias.
Pero, ¿qué es ser competitivo? y, ¿cómo se puede “entrenar”?
Se suele considerar competitivo a quien “no le gusta perder ni a las canicas”. Alguien con un gran deseo de ganar, que no soporta la idea de perder. Pero esto es cierto sólo en parte. Esta mentalidad puede suponer un peor rendimiento y ser menos estable en competición.
Es fundamental lo que entendamos por “ganar”. El significado que le des al éxito, pero también al error y al fracaso, determinará tu respuesta psicológica en competición.
En este artículo descubriremos las claves para ser realmente competitivo. A través de un ejemplo práctico, veremos los problemas de entender mal la competitividad y un plan de entrenamiento para mejorar (segunda parte).
Luis es un futbolista de 17 años. Siempre le han dicho que tiene un gran talento para el fútbol. Está siendo seguido por los ojeadores de un gran club para incorporarlo a sus categorías inferiores en su programa de promesas. Es una gran oportunidad. Ser seleccionado significaría entrar en un programa de alto rendimiento con ayudas económicas para los estudios, residencia, las mejores instalaciones y técnicos, experiencia internacional…
Los informes de scouting indican que es un jugador muy bien dotado técnicamente, con unas condiciones físicas superiores a su edad, y con grandes habilidades tácticas y decisionales. A pesar de sus buenas condiciones, los observadores destacan que su rendimiento es irregular. Alterna partidos muy destacados con otros donde desaparece y muestra un comportamiento inestable.
Estas conclusiones se basan en una serie de comportamientos observados:
- Luis suele ponerse muy nervioso en los partidos importantes.
- Muestra un bajo auto-control emocional (protestas reiteradas, gestos airados,…) en momentos críticos del partido, ante decisiones arbitrales o juego duro del rival.
- Muestra reacciones inapropiadas cuando es sustituido.
- Suele desconectarse y bajar la intensidad ante rivales teóricamente inferiores o partidos “encarrilados” (segundas partes con ventaja o desventaja clara en el marcador).
- Se queda “enganchado” en los errores, perdiendo concentración y dando muestras de falta de confianza (lenguaje corporal).
- Muestra expresiones emocionales muy polarizadas tras ganar o perder (alternando euforia desmedida con lágrimas y gran frustración).
- Si sus primeras acciones en el partido no son acertadas, su rendimiento suele ser irregular durante el resto del partido, a no ser que haga una gran acción individual.
Luis combina un gran deseo de ganar con una baja tolerancia a la derrota y al error. En los últimos meses de la temporada, continuarán siguiendo a Luis para ver su progresión. Si no mejora su actitud competitiva, no será seleccionado.
¿Cómo puede Luis prepararse para mejorar su manera de competir?
En la segunda parte del artículo, expongo un plan de entrenamiento para Luis. Pero antes, es importante entender la teoría.
SER MEJOR O SER EL MEJOR:
TEORÍA DE METAS DE LOGRO
¿Por qué algunos afrontan con determinación los retos más difíciles, persistiendo ante el esfuerzo y la adversidad, mientras que otros evitan la competición, escatiman el esfuerzo y se entregan ante el primer signo de que las cosas no van bien?
La teoría de metas de logro trata de responder a estos interrogantes.
ACTITUDES Y FORMAS DE COMPETIR
Según esta teoría, principalmente hay dos formas de competir: como superación personal (ser mejor) o como comparación con los demás (ser el mejor).
Luis compite para ser el mejor. Su éxito depende de la comparación y la demostración pública de sus cualidades.
Si se ve superior, su autoconfianza crece, si se ve inferior se debilita.
Su motivación y autoconfianza dependen demasiado de aspectos externos que no controla, por eso su rendimiento es tan inestable.
La investigación ha dejado claras las ventajas y desventajas de estas dos formas de afrontar la competición. Los nombres técnicos de los dos enfoques son: implicación a la tarea (superación personal) e implicación al ego (comparación con otros).
COMPETIR COMO SUPERACIÓN PERSONAL: La meta es la mejora y la progresión.
- Los deportistas con implicación a la tarea:
- Se esfuerzan más, ya que entienden el esfuerzo como parte del éxito (estudio)
- Se divierten más y tienen mejor motivación (intrínseca) (estudio). La motivación podrá ser alta independientemente de que tenga un nivel deportivo alto o bajo.
- Gestionan mejor el estrés y tienen menos ansiedad en competición (estudio)
- Hacen un mayor uso de estrategias psicológicas (visualización, ensayo mental, etc.)(estudio)
- Tienen mayor implicación en el entrenamiento (estudio)
- Atienden y aceptan mejor las correcciones (estudio)
- Tienen un comportamiento más deportivo. (estudio)
- Suelen tener una auto-confianza más fuerte y estable.
COMPETIR COMO COMPARACIÓN CON OTROS: La meta es la demostración.
- Los deportistas con implicación al ego:
- Tienen más ansiedad en competición (estudio)
- Tienen una peor motivación. Dependen más de incentivos y castigos (estudio)
- Tienen peor concentración y más distracciones internas (estudio)
- Se implican menos en el entrenamiento (estudio)
- Tienden a rechazar las correcciones o hacer un uso sesgado (estudio)
- Muestra más conductas antideportivas y menor fair play (estudio).
- Suelen tener una auto-confianza más débil e inestable.
Estas distintas formas de competir dependen mucho de dos factores: tus tendencias individuales y las influencias del entorno.
TENDENCIAS INDIVIDUALES
En función de sus experiencias previas los deportistas desarrollan una predisposición hacia una manera de competir (superación o comparación).
Es especialmente importante la manera de juzgar el éxito y el fracaso.
Básicamente hay dos perspectivas:
1. Tendencia a la superación: El éxito es el progreso personal.
Te sientes competente cuando mejoras en una habilidad (la referencia es tu rendimiento pasado). El fracaso es no progresar.
2. Tendencia a la comparación: El éxito es sentirse mejor que el resto.
Te consideras competente cuando mejoras respecto a los demás (la referencia son los otros). En este caso, una mejora de la habilidad por sí sola no nos hará sentir competentes. Para demostrar superioridad debes lograr más con el mismo esfuerzo o lograr lo mismo con menos esfuerzo.
Al contrario de lo que antes se pensaba, estas tendencias no son opuestas. Un deportista puede tener al mismo tiempo una tendencia a la superación personal y a la comparación (estudio).
También existen diferencias de intensidad (alta/baja).
De las combinaciones surgen 4 perfiles:
- Tendencia a la Superación ALTA – Tendencia a la Comparación ALTA
- Tendencia a la Superación ALTA – Tendencia a la Comparación BAJA
- Tendencia a la Superación BAJA – Tendencia a la Comparación ALTA
- Tendencia a la Superación BAJA – Tendencia a la Comparación BAJA
¿ES NEGATIVO QUERER SER EL MEJOR? El ejemplo de Cristiano Ronaldo
El enfoque clásico planteaba una dicotomía. Consideraba una tendencia positiva (superación personal) y la otra negativa (comparación). El perfil óptimo era: Superación personal ALTA-Comparación BAJA.
Esta es una simplificación excesiva de la realidad.
En el alto rendimiento la motivación por ser el mejor no es desadaptativa. Al contrario, es un rasgo de los grandes campeones. Es una característica necesaria y, hasta cierto punto, inevitable en el deporte de alta competición.
Hoy la investigación empieza a demostrar algo que la gente del deporte intuía: el perfil óptimo es Superación personal ALTA-Comparación ALTA (estudio).
Sin embargo, antes de marcarte el objetivo de ser el número uno y copiar las maneras de Cristiano Ronaldo, conviene aclarar algunas cosas:
- La competición y su entorno ya estimulan una tendencia a la comparación, en especial los deportes de oposición. No hace falta más.
- Una tendencia a la comparación alta es positiva SÓLO si va acompañada de un nivel percibido alto. Si estás entre los mejores, querer demostrarlo te ayuda (Cristiano Ronaldo).
- Pero recuerda que hablamos de nivel de competencia percibida no de tu nivel real. Salvo que tengas problemas físicos o de salud tu nivel real no cambiará durante una competición. En cambio, tu nivel percibido puede variar mucho a corto plazo.
- Esto significa que tendrás más problemas si las cosas no van bien. Si tienes una crisis de resultados puedes percibir que ya no eres tan bueno (aunque tu nivel real sea el mismo), perjudicando tu confianza, motivación y esfuerzo.
- Una tendencia alta a la superación personal siempre es positiva, sea acompañada de ‘Comparación alta o baja’. Además, actúa como colchón ante las inestabilidades de la tendencia a la comparación. Aunque tengas una crisis de resultados (ya no estés entre los mejores), tu motivación y confianza seguirán altas si consigues progresos personales. En definitiva, tu rendimiento es más estable porque tienes más control sobre él.
INFLUENCIA DEL ENTORNO: CLIMA MOTIVACIONAL
La tendencia individual importa, pero el contexto también afecta en la manera de competir. Las influencias del entorno pueden modificar las tendencias del deportista, compensándolas o exagerándolas más.
Hay dos tipos principales, en función de si enfatizan una manera de competir centrada en la superación personal (clima de maestría) o en la comparación (clima de resultado).
- El clima de maestría prioriza el aprendizaje, el esfuerzo y el progreso personal.
El criterio de evaluación es individual, la referencia es el deportista y su evolución.
Se relaciona con mejor rendimiento en situaciones de estrés, mayor motivación intrínseca, autoconfianza, aprendizaje, deportividad y cohesión de equipo (estudio, revisión).
- El clima de resultado prioriza el rendimiento inmediato y la competición inter- personal frente al aprendizaje.
El criterio de evaluación es normativo, la referencia es el grupo.
Se relaciona con mayor presión y ansiedad, peor concentración, peor motivación, mayor abandono deportivo y menor deportividad (estudio, estudio, estudio).
La importancia del clima motivacional no sólo afecta a los equipos. También a los deportistas de disciplinas individuales.
El clima está determinado por el entorno social y cultural del deportista en relación a la competición.
El liderazgo del entrenador es lo más importante, pero también incluye las influencias familiares (especialmente en deportistas jóvenes), los compañeros (también en deportes individuales), la cultura deportiva concreta, la cultura del club y la influencia de los medios.
En próximos artículos profundizaremos en las cuestiones relacionadas con el clima motivacional.
CONCLUSIÓN
Las influencias del clima y el perfil individual del deportista definen su manera de competir.
El esfuerzo, las actitudes y los comportamientos concretos que muestras en la competición dependen de la interacción de las dos influencias, la interna (perfil individual) y la externa (clima).
Cuanto más marcado es el perfil individual del deportista más resistente es a ser influido por el clima. Y a la inversa, cuando menos marcado es su perfil, mayor influencia del clima.
En la segunda parte del artículo, veremos las aplicaciones en un plan de entrenamiento para el caso de Luis.
Gracias
GRAC IAS